domingo, 27 de febrero de 2011

El origen del problema jamás puede ser parte de la solución

Lejos quedan ya aquellos días en que los socialistas hacían bandera de Rodríguez Zapatero, el de las famosas cejas puntiagudas. Quizá olvidamos ya aquellas vallas electorales que nos mostraban con toda su plenitud al candidato socialista; rodeado de frases grandilocuentes y efectistas con las que pretendía atraer para sí el voto mayoritario de los españoles ofreciéndole atractivos "motivos para creer".
Aquí en Sant Joan el representante socialista nos pedía el voto porque quería ser "un alcalde para todos", amparado en el talante y el diálogo, del que hacía gala el líder de su partido y pretendía instaurar a base de un supuesto código de buen gobierno.

Los años transcurridos y la perspectiva histórica deben servirnos para recordar y recapacitar en la idea que aquellos motivos socialistas, hoy se han convertido en razones determinantes y definitivas. Argumentos no nos faltan y cada día incrementan su número con cada nueva persona que pasa a engrosar la dramática lista de desempleados que asola nuestro país.

Es lícito que como seres humanos que somos cometamos errores y tengamos la capacidad para equivocarnos; pero aquello que jamás podré entender es la negación sistemática de un problema y el empecinamiento constante por ocultar algo que tarde o pronto sería público y manifiesto, como es esta crisis económica que hoy ha convertido a España en el erial laboral de Europa.

El dogma de fe socialista tardó más de un año en reconocer que España estaba afectada por la crisis, y como si nada se atrevió a variar su discurso, para pasar a contemplar el escenario actual como el del mayor desafío para la economía española que haya existido nunca. Así fue, con esa desvergüenza única y endémica para la demagogia y la manipulación que tiene el PSOE, verdadero maestro en estas artes. Hecho que no debe de extrañarnos cuando encontramos líderes y cargos políticos como por ejemplo el alcalde de Sant Joan, Edmundo Seva, que pese a la negación de la crisis, la nefasta política económica desarrollada, el triste récord de más de 5 millones de parados que tenemos y el recorte de derechos y garantías sociales más importante de la historia democrática de nuestro país, se sienten orgullosos de Zapatero, artífice de toda este desastre nacional; y consideran en palabras de nuestro primer edil "un honor que la gente me compare con él."

Por tanto debe ser público y notorio que Edmundo Seva está encantado con el primer gobierno socialista de la democracia que ha recortado las pensiones, congelándolas mientras sube la inflación.

Edmundo debe estar enormemente complacido al contemplar como los españoles se van quedando sin trabajo; como dos millones de personas llevan un año ya sin encontrar empleo, mientras un millón no reciben ningún tipo de prestación.

Nuestro alcalde "para todos", debe estar obnubilado por la política energética de Zapatero que ha subido un 60% el recibo de la luz en menos de siete años. Maravillado debe estar Edmundo de como sube la cesta de la compra, la gasolina o el IVA que nos afectan a todos por igual.

¿Le gustará también al Sr. Seva que el paro femenino crezca el doble que el masculino? ¿Le agradará saber que el PSOE ha arruinado el futuro de toda una generación de jóvenes condenada al paro y a los contratos basura?

¿Le seduce a Edmundo quizá la idea de los recortes aprobados por el partido en el Gobierno de España que es el mismo que le mantiene a él en la alcaldía de Sant Joan? Los datos de recortes de un 20% en ayudas para Viviendas, 8% en Sanidad, Servicios Sociales y Educación y un 5,5% en fomento del Empleo, posiblemente ¿le llenen de gozo, Edmundo?

A mí sinceramente toda esta situación no me inspira un sentimiento de orgullo al hablar del presidente que con su errática política ha hundido a mi país. No puedo estar de acuerdo con usted, ni tampoco acierto a entender el sentido de sus palabras.
Posiblemente tenga usted Sr Seva, sus motivos para creer(se) como Zapatero, tan difíciles de comprender para todos los demás.

Los ciudadanos también tenemos argumentos, que posiblemente no le gusten, pero que desgraciadamente son incuestionables. Y su problema Sr. Seva, es que tanto Zapatero como usted nos dan la razón, porque ustedes son el origen del problema y jamás podrán ser parte de la solución.