domingo, 28 de febrero de 2016

El agradecimiento define a un hombre de bien

Se cumplen 400 años de la frase que pone título a este artículo. Probablemente de no haber sido dicha por uno de los grandes de nuestro Siglo de oro en 1616, hoy nadie la tendría en consideración. Fue pronunciada por Francisco de Quevedo tras recibir el hábito de caballero de la Orden de Santiago. Y hoy me gustaría recordarla para ilustrar una escena costumbrista de nuestra noble villa de Sant Joan d´Alacant.

Cuando uno se dedica a eso que llaman la "cosa pública", sabe que en un porcentaje muy elevado le lloverán las críticas y se le cuestionará casi todo desde las bancadas de la oposición política, desde que se levanta hasta que se acuesta. Lo anecdótico y extraño es que un partido político sea capaz de dejar al margen sus siglas y anteponga el interés general de los ciudadanos al suyo propio. Esto es, sea consciente que lo fundamental es dedicar su gestión a colaborar en la resolución de los problemas y contribuir a mejorar la vida de sus conciudadanos. 
Bajo esta premisa se fundamenta la campaña #ObjetivoSantJoan, que este mes ha puesto en marcha el Partido Popular de Sant Joan en redes sociales. 
Así las cosas cualquier gobierno que se precie andaría encantado, cuando la oposición en lugar de ser destructiva, trabaja en positivo poniéndose al servicio de los vecinos y comunica aquellos problemas que preocupan a la población. 

Tengo asumido que los Populares debemos explicarnos muy mal. Aunque también puede ocurrir que el Sr. Alcalde de Sant Joan no haya entendido el sentido de nuestra campaña. Como siempre y habida cuenta que la moderación no es lo suyo, prefiere el choque dialéctico en el que se encuentra cómodo pese a no ser la reencarnación de Cicerón. Lamentablemente dado que soy muy escrupuloso con la higiene, nunca me ha gustado revolcarme en el lodo como haces tú, Jaime. Así después nos luce el pelo.

Respeto profundamente tu opinión manifestada en el Diario Información, al tildar de "absurda" nuestra campaña y animarnos "a hacer más vida en el pueblo". Cada uno es libre para obrar como crea conveniente, y si tú estrategia pasa por aquello de la mejor (o única) defensa es un buen ataque", pues allá tú.

Por el contrario yo simplemente quiero darte las gracias. Si, has leído bien. 
Gracias por dar visibilidad a nuestra campaña y demostrar que era necesaria; primero con la resurrección del Buzón ciudadano como respuesta a la misma, ya que tu Gobierno Cuatripartito lo mantenía abandonado desde hacía 8 meses. Gracias por enviar raudos y veloces tras nuestra denuncia a las empresas de Jardinería y Limpieza a l´Alquería, para retirar la palmera afectada por picudo, adecentar lo grueso de los jardines y proceder a una Limpieza de urgencia ante el malestar de los vecinos. Y gracias en última instancia por hacer importante esta campaña merced a tus palabras de hoy en prensa. No hace falta que seas modesto, porque pese al contenido, ya sabes aquello de la intención es lo que cuenta. 

No es necesario que me des las gracias. Sabemos que no va contigo por aquello que afirmaba Quevedo: El agradecimiento define a un hombre de bien.


viernes, 26 de febrero de 2016

Por Dignidad y Coherencia

Probablemente jamás leas estas breves líneas, pero tras tu comparecencia de ayer me dejaste frío. Una paradoja que la mujer que hizo famoso "El Caloret", fuera capaz de transmitirme sólo eso.

Hablo en serio, fuera de bromas, ayer no tuviste tu mejor día. Y te lo digo desde el respeto, el cariño y la admiración que te he profesado siempre. Fuiste una de las primeras mujeres alcaldesas que tuvo nuestro partido y quizá la que más tiempo ha ejercido su cargo. Pero fuiste mucho más durante más de dos décadas. Genio y figura. Sólo había que verte en nuestros actos y mítines. Te ganabas a todos con una simple frase. Mujer inteligente y carismática con extraordinarias dotes para la oratoria. Cercana, empática y sensible. Transgresora como pocas rompiendo cánones y tabús, con ese rojo que siempre te ha caracterizado, pese a que tus ideas eran de color azul. Un verdadero Huracán en el Cap i Casal.
Yo fui uno de esos muchos que te acompañaron desde bien jovencito, porque veía en ti al referente de un partido que debía quitarse los complejos de la boina definitivamente. Me unía al clamor que te pedía que botases al comienzo de tus intervenciones, y respondía a tu grito de guerra: "¿Quién va a ganar? "El Partido Popular". ¿Te acuerdas?

Sin duda es bonito ser capaces de recordar, pero de nada nos sirve todo aquello hoy. No podemos vivir de rentas. Por eso ayer me decepcionaste, porque estaba convencido que vería a esa gran mujer en la que siempre creí. Pero no la reconocí. Perdóname, pero no eras tú. ¿Dónde estaba esa mujer con convicciones, decidida y valiente?
Sé de buena tinta, pese a que no tengo tanto recorrido como tú, que la ingratitud constituye la letra pequeña de la política. Todos renunciamos a un poco de lo que somos cuando nos embarcamos en ella. A una pequeña parte de nuestra libertad e independencia, porque de manera consciente decidimos sacrificarla en beneficio de nuestros conciudadanos; vocación de servicio se llama. Ello en tu caso ha sido innegable durante todos estos años y creo que es algo reconocido por todos, incluso por tus detractores. Pero precisamente es esa misma disposición a los demás, la que ahora mismo reclama un último servicio. Quizá el más complicado de tu carrera. El más doloroso, si. Y no me cabe duda que el más terrible para alguien, que ha dedicado más de media vida a su ciudad y a sus vecinos.

No hay vuelta atrás. No existe otro camino. La mujer que ha conseguido lo mejor para su partido, no puede finalizar sus días en política convirtiéndose en el peor lastre. Ha llegado el momento de que des un paso atrás, primero por tí, para que puedas responder ante la Justicia por las sospechas que ahora mismo te convierten en foco mediático. Tu presunción de inocencia se merece una oportunidad. Tu partido se merece, nos merecemos, que se nos restituya la honorabilidad y que nuestro trabajo cotidiano, no sea puesto en entredicho por actitudes como la que ayer manifestaste.

Sabes que jamás te hemos pedido nada y te lo hemos dado todo con nuestro apoyo. Hoy sin embargo, si te voy a pedir algo. Y conmigo muchos militantes, simpatizantes y votantes anónimos, irrelevantes y perfectamente prescindibles por separado, pero que hemos sido imprescindibles para que tú lograras cumplir tu sueño como Alcaldesa de Valencia.

Por dignidad y coherencia, Rita por favor, dimite.