sábado, 7 de marzo de 2009

Aquí reside la esperanza.

Desde que hace tres años decidiera embarcarme en este mundo del blog he respetado todas las opiniones que las personas que tienen a bien leer mis entradas dejan escritas. En todo este tiempo han habido pareceres y argumentaciones para todos los gustos, unas muy trabajadas y coherentes, otras menos elaboradas y sencillas, algunas para olvidar... pero de entre todas creo que ha existido una que merece especial mención.
Se trata de un Anónimo que comentó la entrada sobre "El fantasma del Felipismo" y dada la importancia que a mi modo de ver trata en su alocución he creído conveniente reproducirla y comentarla. Os la adjunto para todos aquellos que no hayais tenido la oportunidad de leerla:

Desde luego que quien no tiemble ante esta España gobernada por estos mantequillas blandas de argumentos definitivos, expertos en afirmar lo que es obvio y orgullosos de su finura política, ¡viva el carisma!..... pero colándonoslas dobladas, sin explicaciones, y con una arrogancia que no entiende de esquemas mentales. Pero para unos, otros, y no conozco aun gobierno en España que no haya terminado justificándose olvidándose que es muy difícil hablar con la boca llena, y el plato con la tajada delante. Porque en este país el único programa político que tienen los dos grandes partidos es el exterminio del adversario: quien no esta conmigo, incluso quien no está con nsdie, está contra mí. Y en medio, todos nosotros. Con González entraron a saco los buitres de la oposición con maneras propias de los bajos fondos jugando a la degollina fácil, y unos años más tarde sufrieron esa misma jugada estos mismos en sus propias carnes morenas. En un lugar donde no hace falta programa político sino esperar el momento en el que el contricante se degüelle, no podemos esperar mas que todo esto se vaya a tomar por culo y nos entierren a todos bajo una gran lápida: aqui yacen.

Una extraordinaria disertación sobre la concepción de la política en España que poseen algunos.
La política como ese "oscuro objeto de deseo" ha sido siempre foco primordial en la atención del hombre. Ya en la época clásica, Aristóteles dijo que "el hombre es un animal político" porque es la única especie zoológica que nace con tendencia y capacidad para organizarse en comunidades sociales.
La historia deformó la visión helénica de la ciencia política para servir a la sociedad. Un curioso símil que planteaba el filósofo era el de las abejas y las hormigas pues organizaban sus comunidades mejor que los hombres porque obedecen a un impulso biológico: todos los animalitos trabajan para el bien común y cada uno cumple una función, sin usurpar las ajenas ni esperar recompensas especiales por su trabajo. Aristóteles concluía que si los humanos tuvieran algo de esos insectos no harían falta leyes, partidos políticos, diputados, presidentes...

Sin embargo la experiencia de vida, el transcurrir temporal y una cualidad intrínseca que va estrechamente unida a la especie humana nos ponen de manifiesto que esta concepción ideal de la política, se antoja tan utópica como aquellos románticos del socialismo del siglo XIX.

España siempre ha sido la nota discordante con respecto a la trayectoria que seguían el resto de protoestados, naciones y/o potencias. Nuestra característica más sobresaliente tras el breve lapso del siglo XVI, ha sido siempre la de navegar cual rémoras detrás de aquel que llevaba la bandera hegemónica del orbe.
Unas veces nuestro país llegaba tarde a todo aquello que otros ya llevaban disfrutando décadas e incluso siglos, en otras ocasiones fuimos laboratorio de ensayo de regímenes, sistemas o conflictos que posteriormente eran extrapolados al resto del continente.
Naturalmente en un país con estas peculiaridades la clase política iba en perfecta consonancia con el contexto socio-político.

Así en España abarcamos todo el abanico de posibilidades en tiempos pretéritos; desde la más férrea monarquía de inamovibles criterios ejemplificada en la figura de Fernando VII -que a pesar de todo no estuvo exenta de aperturismos interesados, claro está-, pasando por la "lolailo èpoque" de Isabel II donde eran más relevantes para la nación española los líos de colchón y enaguas de la soberana, que las leyes y debates que tenían sobre la mesa sus señorías de tinte moderado o progresista. De igual manera pudimos atravesar el lapso republicano que derivó en una nueva monarquía, que restauró el caciquismo más cerril finiquitando toda posibilidad de democratización real con la instauración de una dictadura, para de la misma manera finalizar su andadura en una nueva república; demostrando aquel principio presocrático que la materia ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

Dicha transformación no está exenta de incidentes como de hecho puso de manifiesto la guerra civil española. Las dos Españas enfrentadas en la búsqueda de un modelo de convivencia que no habían logrado hallar en dos siglos de existencia.

Sólo la concordia, el entendimiento y la voluntad de compromiso para con el futuro de los hombres y mujeres que conforman la unidad de la nación pudieron obrar el milagro, que en 1978 nos confirió la Carta Magna que hoy nos rige y gobierna.


Y hoy treinta años después ¿que?
La Constitución debe ser la luz y guía del estado democrático que nos ampara, ofrece derechos y nos demanda obligaciones. La clase política debería dar ejemplo y situarse por encima muchas veces de las cuestiones triviales que por sus encendidas diatribas acaban convirtiéndose en tribales a la luz de los primitivos planteamientos que se llegan a escuchar.

La perfección es cosa de divinidades antiguas y modernas, pero a nuestros representantes se les debería poder exigir un mínimo de corrección, de formación, y por supuesto, de trabajo. Para ello es al fin y al cabo para lo que los ciudadanos depositamos nuestra papeleta en cada cita electoral.
Nuestra democracia es joven y, si se me permite inexperta, no por capricho de esas divinidades que se aburren y se encaprichan, sinó porque hasta ahora nuestra clase política ha tenido que reciclarse y en el mejor de los casos aprender desde cero en esto de las libertades y los principios dada la escasa tradición democrática de nuestro país.

Yo no me resigno a asistir a la degradación de los estamentos políticos de mi país, porque es ahora cuando las nuevas generaciones debemos dotar al ejercicio de la política de esa savia nueva que ha nacido, crecido y aprendido en democracia. Nosotros conocemos todos aquellos valores que hacen grandes a naciones de larga tradición parlamentaria, y es ahora el momento de ir poco a poco enriqueciendo y corrigiendo con nuestra experiencia de vida todos aquellos aspectos que podamos considerar caducos o agotados. La regeneración es la garantía de permanencia y de mejora en la vida y a ello dedicaremos nuestros esfuerzos desde nuestras humildes posibilidades. El presente y el futuro dependen de nosotros y nuestra voluntad constructiva.

Aquí reside la esperanza.

5 comentarios:

Caballero ZP dijo...

Un texto excelente, relata muy bien a la sociedad española.
Saludos

Anónimo dijo...

la esperanza.....la esperanza es una puta que viste de verde.
cuesta creer que la gente que nos vaya a sacar del hoyo, en la que hay que tener esperanza, sea la que venga en los próximos años, pensándolo mejor, ni siquiera en los próximos años... es hablar a largo plazo cuando a muy corto la realidad nos invade. las grandes generaciones que vienen felizmente formados en loes, en faltas de autoridad en las aulas y fuera de ellas, en la falta de incentivo, de logros, de esfuerzos, en suspendo 4 y tiro adelante que no pasa nada, en miembros y miembras, y en universitarios cruzados de brazos que nos representaran a fuerza de chuletas malogradas.... cuanta eficiencia.
y de lo que me harto de reir hasta que ya no puedo mas, cuando leo en el periódico que desde el ministerio de educación comunican con despreocupación que los datos están fuera de contexto, y que el sistema educativo funciona "de maravilla" porque responde a los retos que tiene la sociedad. y si, debe ser que los exmns aora s crrign cn l lnguaj d mda, y no en el que aparece en el ilustre Maria Moliner.
como va a residir la esperanza en unas generaciones a las que se les requisó de su educación el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender que pasa a su alrededor, entre otras perlas? la esperanza.... que lejos está la esperanza de lo que necesita este país convertido en un país de mierda más grande que el país de mierda que era con anterioridad, en un país sólo aceptable.... un 5 raspado, que por otro lado, es una nota muy superior a la que la mayoría conoce... o se lo preguntamos a tus pupilos?

David Aracil dijo...

¿Cual es tu remedio entonces?

¿Nos cruzamos de brazos y asistimos impasibles a la corrosión de la estructura del barco, dejando eso sí a la orquesta que siga tocando para amenizarnos el festival con paella y flamenco?

Los cambios únicamente se consiguen desde dentro; es preciso regenerar la vida democrática de este país enrolándonos en ella, porque jamás nada tuvo lugar en la historia desde fuera de las estructuras. Y aquello que amagó con triunfar trajo peores consecuencias que llegaron a hacer replantearse en todas y cada una de las ocasiones que "el pasado siempre fue mejor".

Los derrotismos y la capitulación ideológica para los débiles y los cobardes. Yo abogo por la esperanza y la confianza en el cambio y siempre en positivo.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿qué mejor manera de comenzar un martes que con una sonrisa? ¿a que se debe tanta revulsión mi querido Rigodón? ¿y quien habla de cruzarse de brazos mientras nos amenizan la paella con orquesta?
si yo estoy contigo, con quien no estoy es con estos políticos de cultura y conocimiento cerebral plano que son los que tienen la culpa de que la cosa esté ahora mas que chunga, y de que España aparezca en el rankin de países mas incultos cuanto menos de Europa.
pero hago hincapié y digo que ciertas cosas no han cambiado, y lo que antes no era bueno ahora no es mejor. la educación solo es uno de los miles de ejemplos que podrían ponerse... y a donde va a ir un país en donde en el mejor de los casos sus estratos mas jóvenes acaban su educación sin saber leer de una manera fluida??
para que se operen cambios es necesario querer que estos operen, y sinceramente actualmente y de una manera personal me parece imposible que estos operen mientras continuemos dando bandazos entre una izquierda tonta y sonriente de un lado, y una derecha mezquina y aficionada a los golpes bajos de otro.
la esperanza, si... pero hacen falta muchas menos corbatas fosforitas e ideologías absurdas y mas ganas de trabajar para que las cosas mejoren.

David Aracil dijo...

Pues lo dicho, ya sabes que no tienes otra opción que enrolarte en determinadas cosas para variar el rumbo de la nave.

Te remito a ese slogan de hace unos años: "Cambia tu vida para cambiar el mundo".

Lo haremos. ;)