miércoles, 20 de julio de 2011

La astracanada hecha portavoz

"Resulta perfectamente lógico el apoyo a la Semana santa y
sus procesiones, así como mi asistencia a estas manifestaciones religiosas, ya que son hechos culturales y como además soy creyente es normal que asista a actos litúrgicos".


Estas palabras no las dice éste que les escribe, ni han sido pronunciadas por ningún miembro del Partido Popular. Tampoco los socialistas hicieron semejantes aseveraciones, pese a que muchos quizá desde el anonimato probablemente las compartan.

Las hemerotecas nos remontan esta vez al año 2003, en los días previos a la elecciones municipales, cuando el periódico El País dedicaba una de sus páginas a la que podríamos considerar la primera lideresa que destacó en la cosa política por posicionamientos y formas que la llevaron a proyectarse más allá del ámbito municipal. La ciudad cuna de la cultura andalusí era gobernada en aquel entonces por Rosa Aguilar, que todos recordarán por ser la primera y, creo hasta el momento única alcaldesa que ha tenido la formación de Izquierda Unida en una capital de provincia, concretamente en Córdoba. De ella son estas palabras que explican perfectamente como fiel al sentido común, pudo mantenerse en la alcaldía de la capital andaluza durante tres mandatos.
Precisamente la misma Izquierda Unida que vio nacer políticamente a Rosa Aguilar, sorprendía ayer presentando una moción en el pleno ordinario del mes de julio en el ayuntamiento de Sant Joan, solicitando que todos los concejales se abstuvieran de participar en actos religiosos.

Las caras de incredulidad del público asistente eran dignas de retratar, al comprobar que lejos de ocuparse de temas más próximos y prioritarios para el conjunto de la ciudadanía santjoanera, el portavoz de EUPV, realizaba una defensa numantina de mociones mediante un lenguaje con una violencia verbal inusitada, que pese a provocar sonrisas en algunos de los presentes dada la desmedida y en ocasiones ridícula alocución referida, a muchos otros nos sonaba a gramola de otras épocas que fueron menos agradables.
Utilizar la Constitución como arma arrojadiza para imponer un criterio unidireccional al resto, además de ser una manifestación pública y notoria de ignorancia supina, en esencia constituye un ejercicio de grave irresponsabilidad.

Posiblemente el Sr. Vilar desconozca que la gran mayoría de manifestaciones religiosas de nuestro país además de la carga simbólica que implican, y que muchas de ellas ostentan la catalogación de bienes inmateriales de primer orden dada la larga tradición histórica que poseen y que no se puede disociar del desarrollo de los pueblos, comunidades y la misma nación española, cuentan además con la protección de entidades supranacionales, dado que son elementos culturales incluídos en el catálogo del Patrimonio de la humanidad, como por ejemplo el Misteri d´Elx.

El recurso a la memoria histórica al que la izquierda suele recurrir con meridiana costumbre, debería servir también para ayudarles a analizar y profundizar en todos aquellos aspectos que nos unen y enriquecen nuestra cultura, que afortunadamente ha sido fortalecida gracias a siglos de cosmopolitismo y convivencia, que han hecho que nuestro país sea hoy un hecho diferenciado en el conjunto de la vieja Europa.

Y si en esa tesitura nos centramos no está de más tampoco recordar a los ciudadanos que en otros mandatos, la "izquierda verdadera" si estaba representada en las procesiones, misas y otras manifestaciones religiosas de nuestro pueblo de la mano de los entonces ediles de Izquierda Unida. De hecho, la predecesora de Vilar en el cargo, Dña. Marisol Moreno, asistió a ofrendas, romerías e incluso procesiones durante los ocho años que representó a EUPV en el Ayuntamiento de Sant Joan.

Posiblemente la Sra. Moreno siguiera por ello los pasos de Rosa Aguilar -hoy flamante ministra de Medio ambiente de Zapatero-, con la que abríamos este post, que acabó dando el salto a las filas socialistas; una izquierda que quizá sea menos verdadera, pero sin lugar a dudas es algo más realista.

Y siento decirlo, pero no me extraña viendo los cauces por los que viene desarrollando EUPV su labor de oposición y que visto lo visto, augura unas intervenciones en que el Sr. Vilar se erigirá en la astracanada hecha portavoz.

lunes, 18 de julio de 2011

Silbos en el viento

La prensa de un día como hoy de 1936 amanecía así. España se enfrentaba a su destino en unas jornadas que desgarrarían la piel de toro hasta convertirla en desdichados jirones agrupados en las "dos Españas".


Pocos aventuraban entonces el triunfo de aquel golpe que amenazaba a la joven República. Los fracasos de la denominada "Sanjurjada" y la "Revolución de octubre de 1934", presagiaban un nuevo aldabonazo fallido, que al igual que en las ocasiones precedentes demostrarían la fortaleza del sistema republicano.


Nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que cuando los españoles respiraban tranquilos a tenor de los titulares de prensa, el mapa ya se hallaba dividido en los dos colores que marcarían el devenir de la nación. Y en efecto el golpe fracasó, pero triunfó la guerra.

Tres largos años que marcaron a toda una generación que todavía hoy se estremece al recordar lo acontecido durante aquellos meses y días que se hicieron eternos.


Hoy 75 años después volvemos a echar la mirada atrás; con mirada tranquila y sosegada en lo que debería ser un ejercicio de reflexión personal, en el que cada uno, lejos de atender a las teorías revisionistas que desde uno y otro lado -respondiendo a intereses particulares y casi nunca objetivos- se nos han trasladado con muy diferente motivación, cabría que nos esforzáramos por hacer autocrítica de nuestra historia. Esa que para muchos es tristemente la gran desconocida, porque jamás nos hemos preocupado de ponerla en valor, ni otorgarle el lugar de privilegio que por derecho le corresponde.


Un día como hoy, no puede ni debe pasar desapercibido para la gran mayoría, porque en esencia resume perfectamente todo aquello que puede llegar a ocurrir cuando se pierde el respeto y triunfa la apatía hacia esos valores comunes que deben servir como puentes de unión y nunca de división. Porque sólo la pérdida de esa conciencia colectiva de ser y sentirse nación puede llegar a abocarnos a repetir actitudes pretéritas que son motivo de vergüenza e indecencia.

La "gran guerra española" imprimió carácter y dejó una huella imborrable en el corazón de este país. Causa escalofríos sólamente retener en nuestra memoria la cifra de las 500.000 personas que perdieron sus vidas durante la contienda.


Nos corresponde a nosotros honrar su memoria y mantener vivo el recuerdo de aquel sacrificio común; porque no podemos permitirnos el lujo de relegar aquellas voces a meros silbos en el viento.

martes, 12 de julio de 2011

Nosotros no somos como ellos

Llegaba el día; el momento que nadie hubiera esperado jamás se aproximaba. Un día como hoy de 1997 a las 15:59 horas de la tarde, los españoles conteníamos la respiración, intentando parar el tiempo y frenar lo que parecía inevitable.
De nuevo la banda más sanguinaria que haya conocido esta tierra volvía a utilizar sus armas. El terrorismo en estado puro. ETA extorsionaba al estado español con el secuestro de un concejal del Partido Popular en Ermua, del que de antemano ya se sabía cual sería su dramático desenlace.
Una llamada de Egin, el escaparate mediático de los terroristas, transmitía los términos del chantaje: Todos los presos de ETA debían ser reagrupados en cárceles del País Vasco en un plazo de 48 horas, o matarían a Miguel Ángel Blanco. Algo impensable e imposible.

En la mente de todos se hallaba el todavía reciente y espeluznante recuerdo de los 532 días de tortura y cautiverio inhumano al que los terroristas habían sometido a José Antonio Ortega Lara, liberado diez días antes, el 1 de julio, por la Guardia Civil en una fulminante operación.
Así los perros rabiosos de ETA Irantzu Gallastegi Sodupe, Amaya, Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, y José Luis Geresta Mujica, Oker, respondieron con el sadismo y la crueldad que sólo se adquieren después de haber asesinado a cerca de 1.000 personas. Miguel Ángel fue su presa.

La reacción de todos los españoles no se hizo esperar. Derechas, izquierdas, nacionalismos y apolíticos, todos se echaron a las calles e inundaron las vías y plazas de las principales ciudades españolas con una sola voz, pidiendo alto y claro libertad para Miguel Ángel. Nunca antes España había visto mayor manifestación pública de unidad nacional. Nadie consiguió unirnos a todos para conseguir un fin común. Aquellas 48 horas pusieron de manifiesto que todos nos sentímos rehenes de los terroristas, prisioneros de la sinrazón y esclavos de un esquizofrénico ideario que no debía, ni podía tener cabida por mas tiempo en la sociedad española. Algunos confiaron que la fuerza de aquellas voces juntas, haría recapacitar al entorno abertzale haciéndole ver la brutalidad de su amenaza, lo que le llevaría a desistir de su vil propósito. Los más escépticos con la realidad etarra salieron de dudas cuando venció el plazo quimérico otorgado por los terroristas. Unos cazadores encontraron a Miguel Ángel, tumbado boca abajo y con las manos atadas por delante, inconsciente aunque con un hilo de vida que se apagó definitivamente horas más tarde en un hospital de San Sebastián.
La noticia cercenó la voz a las millones de personas que clamaban por la libertad. La rabia y el dolor hicieron enmudecer al país.
Sin embargo, aquel clamor lejos de apagarse resurgió con mayor ímpetu y dio lugar al espíritu de Ermua, donde la libertad y la dignidad se convirtieron en himno y bandera verbalizados en un ¡¡Basta ya!! contra la barbarie etarra.

Ello significó el fin del miedo y el nacimiento de un movimiento cívico de libertad que inspiró la política antiterrorista más eficaz conseguida hasta ahora contra ETA.
Era el anuncio que la sociedad española daba a los terroristas, porque la democracia iría a por ellos para perseguir con toda la fuerza de la Ley la derrota de los asesinos.
Para el recuerdo quedan ya aquellas palabras del que probablemente fuera el mejor ministro del Interior que ha conocido este país, Jaime Mayor Oreja, y que viene a reconocer la valentía del pueblo español y el convencimiento en el uso de los mecanismos que otorga el estado de derecho para la derrota definitiva del terrorismo: "Debéis sentiros orgullosos de no utilizar la violencia contra ETA, sólo la fuerza de la justicia; porque nosotros no somos como ellos".

jueves, 7 de julio de 2011

La cuna del socialismo extremo.

Hoy es un día para la esperanza y el futuro, porque después de treinta años los extremeños conocerán lo que es la alternancia en el gobierno de su comunidad autónoma. Así José Antonio Monago será investido presidente de la Junta regional, merced a la oportunidad que le brindaron, primero los ciudadanos con su apoyo mayoritario el pasado 22 de mayo y, después la coalición de Izquierda Unida respetando la decisión que los extremeños tomaron en las urnas.
Hoy es un día histórico que dará paso a una gran responsabilidad para los populares, la de gobernar para todos y convertirse en los verdaderos artífices del cambio para Extremadura, porque como ahora veremos resulta cuestión de emergencia regional.


Todavía hoy resulta estremecedor acudir a las hemerotecas y contemplar el relato de algunos de los viajes de Alfonso XIII en el contexto de la España primoriverista; y uno especialmente, el de las Hurdes. Una visita que sin lugar a dudas marcaría al monarca, al comprobar in situ que los lugareños eran tan pobres que no tenían ni dinero para enterrar a sus muertos y se veían obligados a tirarlos al río.

Casi 90 años después de aquella histórica visita, echamos la vista atrás para comprobar el lento desarrollo del vasto territorio que hoy conocemos como Extremadura.

"La tierra de afuera", que etimológicamente significaría su denominación -que se explicaría por ser durante la reconquista la confluencia fronteriza de los tres reinos (León, Portugal y Castilla) frente al Islam-, ha sido durante el presente siglo la gran olvidada de entre todas las regiones españolas.
Y todo ello considerando además que el desarrollo de la nación española no ha sido ni mucho menos uniforme, resulta más insultante en el caso de Extremadura.

Políticamente Extremadura ha sido una isla monocolor desde la restauración de la democracia, con una hegemonía socialista sólo comparable al caso andaluz o castellanomanchego. Sin embargo su desarrollo ha sido ínfimo desde entonces, produciéndose el efecto contrario, esto es el de la involución, que se ha hecho más pronunciado en los últimos años debido a los efectos de la crisis que todos padecemos.

Los datos no arrojan lugar a dudas. Las cifras de paro alcanzan récords sin precedentes, superando incluso a la peor tasa que Rodríguez Ibarra halló en la región durante su primer mandato en 1982, llegando ya casi al 25% de la población activa.
El PIB por habitante es de 16.828 euros, muy por debajo de la media nacional, situada en 23.063 euros. El trabajador extremeño percibe 19.099 euros, la segunda cifra más baja del país, solo rebajada en Canarias.
Pero sin lugar a dudas, la gran lacra de esta región la constituye el nivel de pobreza. Extremadura supera en más de 22 puntos la media nacional de pobreza relativa, encaramándose hasta rozar el 41% y posee el triste honor de ser la autonomía que más tardaría en erradicarla, concretamente algo más de un siglo. La situación llega a ser de tal calibre que Extremadura será la única región española que mantendrá los fondos de convergencia de la UE después del año 2014 para su desarrollo.

Y toda esta situación lleva más de 30 años amparada, tutelada y dirigida por el mismo partido en el poder, el PSOE. Una gestión que pese a los datos enumerados no ha dudado en incrementar hasta níveles vergonzantes la nómina de funcionarios y cargos dependientes de la Junta extremeña; así 3 de cada 10 extremeños trabajan directa o indirectamente para organismos públicos. Esto es cerca de 95.000 personas.

Una sangría incesante para las arcas extremeñas; precisamente esa burocracia tan desproporcionada con la situación macroeconómica de esta comunidad es la que ha llevado, junto con el despilfarro, la ostentación y las prácticas clientelistas, a que Extremadura siga siendo la comunidad española a la cola del desarrollo.

Y todavía con estos datos, sigue siendo un misterio el que el PSOE no haya sido desalojado de forma más contundente, vista su demostrada ineficacia y más que sobrada incapacidad.