martes, 6 de marzo de 2007

Hasta siempre, José Luis.

Acabo de enterarme de la triste desaparición hoy de uno de los últimos humoristas de verdad que quedaban en España; de los del humor ingenioso y refinado, muy diferente de la gracia fácil y en ocasiones insultante que impera hoy en la nueva hornada de intelectuales del mal llamado "humor inteligente".

Que decir de un hombre cuya sola presencia, con esas gafas descomunales, esos ojitos aceitunados y ese semblante siempre serio y distinguido otorgaban una carga cómica adicional a sus ya de por sí excelentes actuaciones, junto al también desaparecido Luis Sánchez Pollack "Tip", con quién formó dúo artístico durante largos años sabiendo alternar la ironía con la vis cómica, en un verdadero y audaz ejercicio de ingenio que les permitió sortear los rigores de la censura y las susceptibilidades de la transición.

Hoy a sus 76 años nos deja uno de los precursores de monólogos más prolíficos que ha tenido este país, quién con sus juegos de palabras, su aparente cordura ante la surrealista locura del larguirucho Tip y sobre todo, su bombín, será recordado como una página irrepetible del humor español del siglo XX.

Descanse en paz José Luis Coll.


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