sábado, 31 de marzo de 2007

Semana de café y rosas.

Con apellido de serie policiaca televisiva, ha venido y se encuentra entre nosotros.
Señores, les presento al Anticristo made in Spain. Eso es al menos lo que afirma un tal José Luis de Jesús Miranda que se ha autoproclamado Anticristo tatuándose la cifra 666 en el antebrazo.

Y es que está visto que cada uno libera su stress, tensión o rabia contenida de la forma que puede; y sinceramente les digo que no me extraña nada después de la semana bárbara que hemos tenido.

Por ejemplo a mí me dieron ganas de convertirme en la mismísima serpiente emplumada el pasado martes cuando entre la sorpresa, el desánimo y el sudor frío desconcertante, asistí a la nueva apuesta televisiva para la noche de los martes de TVE con Lorenzó Milá como maestro de ceremonias.
No fue para menos dada la pasmosa habilidad con la que nuestro presi más feminista "ista, ista", respondía de forma grandilocuente, hinchada y rimbonbante a preguntas cotidianas que nos afectan a todos. En sus respuestas, nada nuevo; la misma sensación de vacío que deben tener los astronautas de la ISS en su periplo espacial. Y su cercanía, pues casi la misma que los mencionados técnicos del hiperespacio; es decir, a años luz del resto de mortales.

Aunque el calificativo de show semanal ha venido de la mano de ERC y su Sorpresa, sorpresa independentista; porque si creían haberlo visto todo, si no pensaban que se podía llegar a caer aun más bajo, ni sobrepasar los límites de la ética, la moralidad y de la dignidad, la presente semana la Esquerra catalana nos ha puesto de manifiesto como en su afán por convertir en un lodazal la vida política de su comunidad autónoma, están dispuestos a explorar todas las cloacas insalubres. Aunque claro después de todo se limitan a defender su parcela, los nidos de las alimañas con un líder que cada día se asemeja más al dimoni emplumat.

Y no nos podemos olvidar del norte, y del bochornoso espectáculo que supuso el incidente contra José Antonio Aguirre, víctima de un ataque fascista y reprobable desde todo punto de vista. Una patada gonadal que simbólicamente refleja lo que lleva sucediendo desde hace años en Euskadi de la mano de E.T.A. y lo más grave de un PNV que zancadillea, torpedea y humilla vilmente a las víctimas del terrorismo y a los que nos sentimos españoles, al reunirse con el brazo político etarra para vergüenza de Europa entera.
Un lamentable suceso que el sector mediático progresista no ha tardado en parodiar y ridiculizar, dado que las agresiones resultan únicamente susceptibles de denuncia y escarnio público cuando afectan a alguno de sus miembros, aunque se falseen o inventen como ocurrió con José Bono. El resto son meras anécdotas sobre las que procede mofarse.

Y como colofón de la semana no podía olvidar a esa gran mujer que se dio a conocer en el papel couché del Vogue, y que nos obsequia con su simpar belleza y su melodiosa voz cada viernes tras la sesión del Consejo de Ministros. Cierto es que me quejo de vicio, porque aguardo impaciente su aparición en la pequeña pantalla dado que consigue obnubilar mis sentidos, anular mi voluntad y petrificar mis extremidades. Eso sí, espero a su comparecencia en las noticias antes de empezar a degustar los placeres culinarios. Más que nada para que no se me agrie la comida.


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